viernes, 30 de septiembre de 2011

¿Enserio, tú no has pensado qué es el amor?


¿Enserio, tú no has pensado qué es el amor? No, no, espérate, Viridiana. No me vayas a colgar el puto teléfono de nuevo. Te conozco. Espérate. La neta sí me exalto. Pero debes entender que no es contigo. Eso ya lo sabes. Comprende que es por lo que ocurre. Lo que pasa es que me conflictúa demasiado que no razones ante esta situación. ¿Qué yo tampoco sé qué es el amor? Por favor, Viridiana. Ese tema ya la tocamos. No se trata de lo que te enseñan los putos libros de la escuela. No es una cuestión estrictamente de semiótica o algo por el estilo. Eso es insuficiente para explicarlo. Espérate, espérate, déjame hablar. Ya sé que eso de que es una construcción y no un sentimiento es un argumento redundante. Pero, ¿de dónde más podrías partir para explicarlo? Por supuesto que tiene que ver con otras cuestiones no menos importantes. Aunque por algo debemos comenzar a comprenderlo ¿No lo crees? No, no, tranquilízate ¿Mande? ¿Eh? Y dale que con la literatura puedes darte una idea. Yo también concuerdo con eso, pero no del todo. ¿Qué los poetas son los más sensibles a eso? Podría ser. Pero eso no equivale a decir que tengan la perspectiva correcta ¡SHHH! Oh, chingá. Alzas demasiado la voz cuando te alteras. A ver, dime. ¿Eh? ¿Ya vas a comenzar a meter a Shakespeare en esto? Eso ya lo habíamos hablado también. Ese hombre le hizo mucho daño a la sociedad. El amor no tiene por qué acabar en algo trágico. Ya sé que cuando hablan de amor piensan en Romeo y Julieta. Vaya lio el de esos dos. Tuvieron que afrontar una situación trágica y al final el resultado fue catastrófico. Sí, sí, no te alteres. No niego que es una reconocida novela. Pero de cualquier forma esa historia es un asco. Eso de los amores lejanos o trágicos se ve muy seguido en las novelas y en las películas. Ajá,ajá, Oye… no, no estoy diciendo que no debamos amar a personas que desafortunadamente se encuentran lejos de nosotros. Pero debes comprender que no ocurre de esa forma todo el tiempo. No es un requisito que deban pasar esas cosas para someter a prueba un amor auténtico. A veces me desconcierta saber que todo el mundo cree que en el amor se sufre siempre. Esa es una suposición completamente equivocada. El dolor es dolor y el amor es amor. Punto. Jamás se obtiene placer al sufrir. Quien piensa eso es porque tiene problemas graves de percepción. ¿Qué?, ¿que todos atravesamos momentos difíciles durante él? Pues claro. Pero eso no equivale a decir que sea una ley absoluta atravesar tanta dificultad continuamente. No, no. Ahí vas de nuevo. Comprende, no te estoy dando la razón. Sencillamente digo que si ocurren cosas desfavorables durante situaciones así, es porque hay fallas que no tienen nada que ver con esa “trágica ley” que tu supones que existe. ¿Bueno?, ¿bueno? Ya, ya se escucha. Quién sabe qué le pasa a esta madre. Ha de ser el cable. ¿Sí? ¿Díme? ¡Ah, sí! Pero por supuesto. A veces las fallas son ocasionadas por mal entendidos. Aunque eso es un problema que surge porque cada uno se empeña en entender al amor de su propia manera. ¿Que de qué estoy hablando? No manches, es obvio. Muchas veces creen que salir de vez en cuando, obsequiar chocolates, llevar serenata, festejar el aniversario, salir a comidas, o cuanta madre así, son formas genuinas de representar el amor. Pero ¿Sabes qué? Precisamente ese tipo de cosas son las que menos se acercan al amor. Mas bien eso refleja puras rutinas adoptadas ¿Ah? Baja la voz chingao, me lastima el auricular. Hasta mi hermana puede escuchar bien clarito tus gritotes. ¿En qué chingados estábamos? Ah, sí. Resulta que esas formas de representar al amor no son mas que meros símbolos ¿Que qué chingados son los símbolos? Ahora resulta que no te acuerdas que son formas de actuar interiorizadas y reproducidas por las personas. No, no, aguanta. Te me pones re loca. Ya sé que no estamos en la escuela. Otra vez me sacas eso. Pero es la verdad. Todo el mundo repite y repite lo que ve que hacen sus amigos, sus padres, sus abuelos, los actores principales de la comedia de las siete, en fin. Es todo teatro. Se ven como actores que imitan actores. Bueno, no, no es tan simple. También intervienen otras cosas. ¿Cómo cuales? Pues la cultura, la economía en sí, cosas así. ¿Cómo de que no lo crees? Sólo mira a tu alrededor. Todo se representa en números, en cosas, en apariencia. A ver. ¿Acaso sientes lo mismo cuando comemos chicharrones en la banqueta que cuando salimos de farra los fines de semana? No, ni madres, nada de que las dos cosas te gustan por igual. He visto tu carita cuando vamos a esos pinches lugares pedorros con toda esa bola de histéricos que nomás buscan hacer acto de presencia para ser vistos. Se te ponen los ojos como búho nomás de pisar esas madres. En cambio, nomás te veo bien achicopalada cuando estás tranquilita haciendo cosas supuestamente aburridas. ¿Qué no son aburridas? Pero si tu me lo has dicho más de un par de veces. Es un poco triste. La gente sólo ha aprendido a valorar las cosas que sólo se pueden tocar y acumular en casa. A ver, otro ejemplo. ¿Porqué no le hiciste caso al chaparrito que te invitaba a salir la semana pasada? Nada nada, ni te alteres. Ya sabemos que no te gustan los zotacos. Pero no fuese garrochón y de ojo claro porque hasta le pagas la peda, ¿verdad? Ja, ándele, por andar de braucona se le cayó el discurso. ¿Qué? Sí, sí mujer. Mañana entrego el libro en la biblio para que no te cobren multa. Pero bueno, ¿Qué te decía? Ah, sí. Por ejemplo, eso de salir a caminar ya no es bueno para nadie. Y hablar ni se diga. Todo el mundo piensa que quien habla mucho es porque tiene problemas mentales o algo así. Ya no se puede tener comunicación con nadie. ¿MMM? Ya habíamos hablado de eso, Viri. No sólo se trata de cruzar palabras. Eso de la comunicación se trata de reconocer de verdad al otro. Consiste en aprender del otro y para el otro. Espera, ya me está sudando la oreja con esta madre. Listo, nomás me cambié de oido el auricular, ahora sí. Se me va el pedo. ¿En qué estabamos? Ah, sí. También te iba a decir que los abrazos fuertes, los comentarios alentadores, las compañías relajadas y las caricias discretas ya no son suficientes. Es más, te puedo asegurar que mucha gente ya ni se acuerda de cómo hacer ese tipo de cosas. Ahora todo el mundo quiere algo que se pueda amontonar en su cuarto. ¿Qué? Sí, por supuesto. Un peluche, un disco… ¿qué pasó? Andale, tienes razón. O hasta el cuerpo del otro ahí arrinconado nomás. ¿Eh? ¿Pero cómo que eso de desear el otro cuerpo es normal? Por supuesto que es normal. Pero sólo cuando no se busca todo el tiempo. Hay gente que se enajena con eso. A veces me da la impresión de que hay personas que no evolucionaron. ¿Qué dices? ¿Que es muy normal el sexo? Pero claro que entiendo que es normal. A lo que me refiero es que para algunas personas eso es una afición incontrolable. ¿Acaso no te ha pasado que ese deseo pasa a segundo plano cuando alguien te gusta de verdad? ¿Cómo de que no? Si las ansias sexuales se desvanecen cuando alguien te incita a brindarle mucho afecto. Cuando menos a mí me ha pasado. ¿Qué? No manches, deja de decir que yo soy corazón de hielo.

¿Bueno? Ah, ya. Va pues, pregúnta. Ajá, sí, ¿eh? ¿Cómo que qué ocurre cuando la gente viaja a otro lado para dejar su pasado y construir una nueva vida juntos? Pues te lo resumiré un poco: aunque los cuerpos se muevan a cualquier sitio, las mentes siempre permanecen donde en realidad quieren estar. Sí, ya se que es lamentable. Pero bueno… ¿ Cómo que donde quedan las palabras? Uy, ni las menciones. Eso es lo último en lo que se van a volver a fijar. Ese dicho de que verbo mata carita y cartera es de cuando yo seguía usando calzón entrenador. Sí, sí, yo también entiendo que no sólo se trata de palabras. Tambien conlleva acciones precisas. Pero, ¿acaso no empezamos por decir te quiero, me gustas, te siento, o cosas por ese estilo? ¿Acaso las palabras no son el medio inicial para hacerle saber al otro lo que deseamos, lo que estamos dispuestos a ofrecer, lo que sentimos, lo que pretendemos provocar en ellos? No me vengas con chorradas. Si hasta tú echas mano de los pinches «te extraño» cuando intentas hacer sentir bien a alguien. ¿Eh? Ah, por supuesto. Ya sé que a veces basta sólo un apretón de mano, un jugueteo con su pelo o un leve roce en la mejilla con los dedos para trasmitir algo. ¿Pero a poco el hombre no se empeña en trasmitir las cosas con claridad? Y qué, ¿hay más claridad inicial en otras formas que en la propia palabra? Sea como sea. El amor no comienza por la vista ni mucho menos por el estómago, sino por el hocico. ¿Mande? Nel, ni empieces con lo del amor a primera vista. Una cosa es el enamoramiento y otra muy distinta el amor.

Bueno, pero regresando al punto, te digo que esto es más grave de lo que supones. Cuesta un huevo tratar de sacarle unas cuantas palabras a las personas. La mayoría tiene bastante miedo. ¿Que por qué miedo? Pues porque cada vez es más difícil que las personas se abran unas con otras. Nos hemos vuelto tan egoístas e inseguros… ¿Que por qué egoístas? Ay, Viri, pues porque siempre idealizamos las cosas conforme las suponemos. Jamás aceptamos las cosas a medida que se van suscitando. Siempre queremos que se presenten como lo deseamos. Nadie se pone a pensar en el otro. Más bien se ponen a pensar «por» el otro. Ay no, ahora sí que te la mamaste. ¿Cómo está eso de que de todas formas el amor no dura? Chale, ¿tú también consideras que el amor es temporal? Ay, no me chingues. Ahora resulta que también eres de esas personas que afirman que el amor se acaba. En eso no estoy de acuerdo. El amor no se acaba, ni mucho menos se desgasta. Lo que ocurre es que a veces uno se empeña en irse desencantando de él. O lo que pasa también es que uno no propicia que surja verdaderamente. O que tan solo se mantenga con mucha pasión y energía. Espérate, ya, ya sé que no es tan fácil de comprender. Pero deberías detenerte un poco y meditarlo. ¿Acaso tus viejos amores son en realidad viejos amores? ¿Ya ves? Sólo aprendes a reprimir cosas que durante algún tiempo fueron muy gratas para ti. Pero sucede que como ya no se presentan con la misma frecuencia o intensidad, pues te mortifican y simplemente aprendes a bloquearlas. A veces pasa que también olvidas esas buenas cosas principalmente porque suelen ocurrir pequeños tropiezos en la relación. La gente le concede mayor valor de lo que debería a esos resbalones. Las cosas malas siempre predominan sobre la mente de las personas. Aunque hayan sido pocas las cosas ingratas, siempre les otorgan mayor importancia. Espérame tantito, no cuelgues, me estoy meando. Ahorita regreso, no te vayas.

Ya retorné. Hasta se me bajó la presión, neta. Prosigamos. ¿En qué me quedé? Ah sí. Parece que lo lastimero o lo desagradable tiene mayor peso en la balanza. Aparte, se me olvidaba mencionar que esto es cosa de DOS, siempre de dos. Eso es algo que también pasan por alto. Ese asunto no puede recaer en una persona. ¿Mande? Sí, sí, no te pongas bronca. Ya sé que por alguna razón a veces unos deciden por otros o toman siempre la iniciativa sobre otros. Pero eso no es amor. Eso es una especie de dominación. ¿Eh? No, no, piénsalo. Eso que me estás diciendo es diferente. Cuando alguien decide someterse a otro voluntariamente es otra cosa. Eso es una dependencia. Y es más grave de lo que parece ¿Cómo que por qué? Pues porque las personas dejan de ser lo que son para convertirse en lo que no quieren ser ¿Gacho? Es más que gacho, Viri. Eso es atroz. ¿Por qué creo que suceda eso? Pues por soledad. Por el miedo a la soledad. ¿Mande? Ah, sí, yo también lo sé: a nadie le gusta estar solo. Además, creo que eso no es posible. Pero da la casualidad que estar con quien no deseas (conocer realmente) es una forma de estar a solas ¿Qué? No, relájate, no estoy filosofando ¿Que si yo estaría dispuesto a cambiar por alguien? Pues sí, sabes que modificaría ciertas cosas de mí mismo. Al final, comprendemos que hay ciertas cosas de nosotros que afectan de manera negativa al otro. Pero que quede aclarado: una cosa es cambiar ciertas actitudes para el bienestar de ambos y otra muy distinta es dejar de ser quien eres por completo a raíz de una presión proveniente del otro. Cuando pasa lo segundo las consecuencias son mayores ¿Cómo que cuáles? Pues enloqueces. ¿Eh? Pues sí, es lógico. Es como si todo el tiempo te vieses forzado a ser un actor. Haces cosas que no van contigo. Sólo te remites a complacer al otro a costa de tu propia estabilidad. Ya te había dicho eso antes. Cometes un suicidio individual para no cometer un suicidio social. ¿Qué? No, no es un aforismo, Viri. Ni que todo el tiempo intentase escribir. Si nada más estoy en el arguende contigo. Oye, por cierto, el no decir lo que sentimos también tiene ciertas consecuencias. ¿Ah? No, no te hagas pendeja. Eso te pasó hace poco. No sólo pasa eso de que el otro no se entera. También ocurre eso de que le das una impresión distinta. ¿Cómo que qué tiene de malo disimular? Pues eso complica las cosas y además resulta contraproducente. Cuando ocurren las cosas de ese modo no hay honestidad contigo mismo, ni mucho menos con el otro. De esa forma el otro jamás percibe lo que realmente sientes. Puede que logre descubrirlo, puede que no. Desafortunadamente es más frecuente eso de que no consigan descubrirlo. ¿Que tal vez no sea el momento? ¿Ya vas a empezar con esos dichos del populacho? Eso de que no busques al amor porque va a llegar por sí solo es una tomada de pelo, Viri. A veces el amor a pasado frente a nosotros. Lo malo es que por distraídos o temerosos no nos atrevemos a hacerle las señas correctas para que se detenga y nos mire. El hombre cambia la historia, afecta su historia, es capaz de mover su propia historia. Eso de que estamos condicionados por el destino es una charada. No, no, no es un diálogo sacado de una película joligudense. En verdad que uno puede darle otro rumbo a las cosas ¿Qué? Ahí vas de nuevo. ¿Para qué quieres saber cómo sé cuando amo a alguien? ¿Curiosidad? Nada de eso, lo tuyo es puro morbo. Pero bueno… te lo voy a decir. ¿Nunca has sentido la necesidad de hacer sentir bien a alguien en especial? Ah, mira nomás. ¿Ya vez cómo sí? O incluso, ¿nunca has intentado que alguien se sienta a sí mismo a través de ti? ¿Nunca has sentido esa necesidad de sentirte provechoso para alguien? ¿A poco no? ¿En serio? ¿Jamás te ha surcado por la mente esa idea que te obliga a hacer sentir bien a alguien de forma desinteresada y comprometida? ¿Neta? Me sabe mal, es una pena. Ya, no me vengas con esas cosas. ¿En verdad no lo has intentado? A mi parecer, creo que esto se trata de ofrecer todo de manera icondicional. ¿Cómo que entonces dónde quedas tú? Pues es simple: la gente aún no está preparada para entender que cuando das, recibes simultaneamente. ¿Mande? Sí, esa es la clave del asunto, creo. ¿Eh? Pero por supuesto, chiquilla. Sólo voy a saber si estoy en lo correcto practicándolo. Pensar no es suficiente. Pero bueno, ya me voy. Me está gruñendo la panza ¿Qué? Sí. No he cenado. Y hay unos tacos al pastor que quieren que les dé amor. ¿Mande? No te escucho claro. ¿Que qué voy a hacer mañana? Pues es lo que estoy pensando en este momento. Sería bueno decirle esto a ella. ¿Eh? Sí, a la que te dije. Perdón, se me fue la onda. Tú eres mi mejor amiga y lo sabes todo. Bueno, casi todo. Pero como te lo dije: pensar no es suficiente. En lugar de hablarlo contigo debería hablarlo con ella. Debo buscarla y escupirle todo esto. Por ahí comienza el asunto. ¿No lo crees?

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